Los de mi generación recordarán que los primeros pasos en monopatín no los dimos de pie, sino sentados sobre unas tablas estrechas, de plástico y con las ruedas de caramelo. Posteriormente aparecieron los skates: Joder, menudo cambio! Auténticas tablas de madera aglomerada, de 40kg de peso, en colores verde o rosa fosforito, y menudo freno de plástico... el puto rey del cole, vamos.
Entonces, sabiendo que yo fui de los pioneros en pelarme el culo encima de éstos artilugios del infierno: ¿En que momento mi trayectoria y la de este tío se separaron?
Premio El puto amo del Skate al Sr. Rodney Mullen